La competencia emocional está en función de las experiencias vitales que uno ha tenido, entre las cuales están las relaciones familiares, con los compañeros, escolares, etc. La hipótesis que planteamos es la posibilidad de potenciar la competencia emocional de forma sistemática mediante procesos educativos. Hasta ahora la dimensión afectiva en educación o educación afectiva se ha entendido como educar poniendo afecto en el proceso educativo.

Algunos ejemplos son las herramientas emocionales Álbum de emociones, y los juegos Juguemos a los detectives y Conviértete en un experto en caras. La educación informal siempre ha sido fundamental, pero en la era digital su influencia se ha intensificado. Un niño o adolescente puede pasar más horas aprendiendo (o desaprendiendo) en YouTube o TikTok que en el aula. La Ley de Educación Emocional marca un hito importante en la educación contemporánea, integrando habilidades emocionales como parte esencial del desarrollo académico y personal de los estudiantes. Su éxito dependerá de la colaboración entre educadores, instituciones y familias, garantizando una implementación efectiva en todos los niveles educativos. La implementación de la Ley de Educación Emocional no solo es factible, sino también esencial para el desarrollo integral de los niños y niñas.

Fomentar la Integridad en Niños: Educación Emocional

La reflexión acerca de cómo se desarrolla la educación de niños y jóvenes ha facilitado que muchos educadores denunciaran que centrar el aprendizaje únicamente en las materias académicas ordinarias no permite atender suficientemente el desarrollo integral de las futuras generaciones. Los maestros dirán que recorten caras de enfado, de alegría, de tristeza, de miedo, de sorpresa… Después, diseñarán un mural con las emociones básicas y pegando en cada una la fotografía de las diferentes expresiones. Mientras los niños estén recortando o dibujando las letras del mural, los maestros pueden poner música para animar la actividad.

"El koala que pudo", Rachel Bright y Jim Field, ed. Edelvives (+3-4 años):

Si buscas herramientas y estrategias prácticas para fortalecer tus habilidades como docente, la serie Diálogos Educativos de la Fundación Wiese es para ti. En esta iniciativa, expertos en educación comparten técnicas y consejos para mejorar el clima  en el aula, fomentar la participación de los estudiantes y promover aprendizajes significativos. Nuestro objetivo es acompañar a la comunidad educativa en la necesaria transformación de la educación para adaptarse a la nueva realidad de la sociedad del siglo XXI. Distintos niños se reúnen en este breve vídeo para hablar acerca de sus sentimientos. Julie Bayer y Josh Salzman proponen un ejercicio para que estos jóvenes comiencen a entender la importancia de expresar las emociones y descubrir cómo controlar las actitudes negativas como la pena o la rabia. En esta práctica, en concreto, los protagonistas tendrán que aprender a respirar para conseguir calmarse.

El coordinador docente de un centro escolar

Los cuentos y los relatos constituyen unos grandes aliados para abordar la educación emocional en el aula. Por ello, dentro de los materiales que el programa Be Happy incluye para los cursos de Educación Primaria (de 1.º a 6.º)  se encuentra un cuento/relato emocional por cada curso. Mediante la lectura del cuento y el trabajo de las preguntas de reflexión finales, los alumnos se identifican con los protagonistas y aprenden nuevas técnicas para el manejo de sus propias emociones. No te daremos una respuesta cerrada, sino que te ofreceremos un mapa para que construyas la tuya.

En esta actividad, no importa tanto que acierten en sus cualidades propias como que sean capaces de reconocer cualidades en los demás. Otra actividad que se deriva de esta consiste en que hagan un dibujo de su amigo haciendo algo que se le dé muy bien o en el que destaquen algo que les gusta de su amigo. Proceso que permite valorar los aprendizajes de los estudiantes y ajustar las estrategias pedagógicas. A continuación, se presentan algunos conceptos fundamentales para comprender mejor el universo educativo. Cada uno de ellos representa una dimensión específica del acto de educar y puede explorarse con mayor profundidad desde la práctica y la teoría pedagógica. Hablar de educación en abstracto es útil para comprender su esencia, pero también es necesario observar cómo se manifiesta en la vida real.

Los padres son los primeros modelos a seguir de los niños, por lo que sus comportamientos, actitudes y emociones tienen una gran influencia en el desarrollo emocional de los hijos. Si los padres son capaces de gestionar sus emociones de manera adecuada, los hijos aprenderán a hacer lo mismo. Por el contrario, si los padres expresan sus emociones de manera descontrolada, los hijos podrían aprender a hacer lo mismo.

En el ámbito educativo, su desarrollo no solo mejora el bienestar de los estudiantes, sino que también fortalece su capacidad para aprender y relacionarse de manera positiva. En este sentido, conviene señalar que otro elemento clave, previo a la implantación de programas de educación emocional, es la formación de los adultos o educadores encargados de su aplicación. La educación emocional requiere que el adulto actúe como referente al que los educandos puedan imitar.

Citar la fuente original de donde tomamos información sirve para dar crédito a los autores correspondientes y evitar incurrir en plagio. Además, permite a los lectores acceder a las fuentes originales utilizadas en un texto para verificar o ampliar información en caso de que lo necesiten. La educación no formal es aquella que se recibe de manera intencional y organizada, pero por fuera de las instituciones formales, es decir, por fuera de las academias y sin recibir el aval de una titulación. La sociedad romana fue una de las más educadas y de mayor alfabetización en la Antigüedad, mientras que los reinos cristianos medievales surgidos tras la caída del Imperio romano en el siglo V fueron oscurantistas. La educación pasó a ser terreno administrado por la Iglesia cristiana y, por ende, a tener un importante contenido religioso.

Estas van cambiando en función de cada momento y vivencia, y dependen en gran medida de la capacidad de gestionarlas de cada persona. Daniel Goleman, escritor y psicólogo, define la educación emocional infantil como “la capacidad de reconocer los propios sentimientos y los de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones”. Así, para conseguir una vida plena, queda patente la necesidad de ser capaces de gestionar emociones como la ira, la tristeza y la decepción, por ejemplo. En este sentido, enseñar a los niños a identificar y gestionar sus emociones desde pequeños les permitirá relacionarse con su entorno de un modo más efectivo. Las estrategias que incorporan dichos conocimientos en la infancia temprana impulsan el desarrollo de habilidades emocionales fundamentales desde los primeros años de vida.

Aprovechar las situaciones reales del alumnado favorece el aprendizaje de la resolución de conflictos y gestión emocional pero, a mayores, también es recomendable realizar juegos o actividades específicas relacionadas con la inteligencia emocional con el objetivo de profundizar sobre ella. La educación emocional en Primaria desarrolla capacidades en el alumnado que le benefician en el ámbito personal y social, por eso es importante no quedarse en lo estrictamente académico. Es importante enseñar a los niños a verbalizar los sentimientos y esta es una pequeña actividad que podemos agregar a nuestra rutina diaria. Sentarnos a la mesa y preguntarle al niño cómo le ha ido en el colegio, abrirá una vía de comunicación con la que vamos a poder ver qué siente el niño. Así, cuando nos cuente algo “negativo” de su día, podemos preguntarle cómo se ha sentido en este momento y cuál ha sido su reacción.

Así pues, incorporar programas educativos enfocados en emociones dentro del ámbito escolar resulta clave para promover un desarrollo saludable y equilibrado. En esta nota abordaremos los hallazgos más recientes sobre educación emocional infantil. La Educación Emocional nace ante la necesidad de dar una respuesta educativa al desarrollo de habilidades para reconocer, comprender, expresar y regular las emociones de manera efectiva. Su objetivo principal es ayudar a las personas a adquirir competencias emocionales que les permitan manejar sus emociones de forma positiva y constructiva en diversas situaciones de la lectura juvenil España vida.

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